Una rubia natural

-Está claro que todas esas contorsiones que haces, con las que pones tu cuerpo como te viene en gana, no se aprenden en un día.
-Las aprendí en el Circo Ruso, en el que mi padre trabajó durante muchos años, más de cuarenta. Él me enseñó a caminar sobre el alambre a una altura de dos metros y a contorsionarme.

-Y un buen día dejaste el circo, ¿no?
-Sí, hace unos años. Comenzamos a viajar y llegamos a Mallorca, donde hacemos galas en hoteles y allá donde nos llaman. Nuestro espectáculo dura algo más de una hora y todo él tiene que ver con el circo.

-¿Por qué te presentaste a Rubia del año?
-Lo hice a través de la madre de una amiga mía, rusa y contorsionista también. Ella, la madre, me animó y me apuntó. Y de este modo entré a formar parte de las candidatas. Me lo pasé muy bien, me divertí mucho y conocí a otras chicas. A decir verdad, con anterioridad pensé presentarme a algún concurso de chicas, pero no sabía de qué modo hacerlo, así que cuando tuve ocasión la aproveché. Lo que nunca pensé es que fuera a ganar.

-Dime la verdad, Melga. ¿Tu pelo es natural?
-¿La verdad? Mi pelo es rubio, pero no tanto como lo llevo ahora. Le he dado un poquitín de tinte.

-¿Sigues la actualidad de tu país?
-Como desde hace años no paro de viajar, la sigo cuando puedo y como puedo. Menos de lo que quisiera. La verdad es que como falto desde hace mucho tiempo de allí me acuerdo de muy pocas cosas.

-¿Cómo has visto los sucesos acaecidos en el colegio de Beslán?
-Ha sido terrible. Fue muy fuerte. Me dio mucha pena.

-¿Es más guapa la mujer eslava que la occidental?
-Creo que hay mujeres guapas en todo el mundo.

Pedro Prieto