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Conservadurismo y comodidad en moda íntima definen los gustos de las mujeres españolas, todavía poco conscientes de la capacidad seductora de la lencería, según una encuesta realizada entre mil mujeres comprendidas entre 25 y 45 años. El estudio, encargado por la Asociación de Moda Íntima y Moda Baño Francesa y presentado ayer en un acto en el Museo del Traje, muestra que si hubiera que calificar a las españolas en hábitos de consumo, preferencias, gustos y valoración de la ropa interior, no alcanzaría el aprobado en seducción. El armario típico de la mujer mallorquina, por ejemplño, la define como clásica, tradicional y poco consciente del poder de seducción de la ropa interior. Prácticamente la totalidad de las encuestadas admiten utilizar sujetadores con aros (94%) y de corte clásico (45%). Otras modalidades, como los sostenes sin tirantes o con tirantes de silicona también forman parte del armario de un alto porcentaje de mujeres, sobre todo en verano.

La mujer española prefiere estar cómoda antes que guapa y atractiva, busca ante todo el confort (60%) y calidad de tejidos (51%) y antepone estos criterios a comprar una prenda seductora, que sea adecuada para la copa del pecho o incluso al precio de las adquisiciones. Paradójicamente, la mayoría considera que para los hombres es importante la ropa íntima. Cinco de cada diez afirman comprar juegos de moda íntima. El conservadurismo de las mallorquinas se advierte también en el uso asiduo del sostén, prenda que el 83% dice llevar siempre por lo que, como media, tiene entre 5 y 10 sujetadores. Otro apunte importante de esa poca sofisticación es que ninguna de las mujeres encuestadas utilice liguero de forma regular.

Respecto al tipo de braguitas preferidas existen diferencias por segmentos de edad. Seis de cada diez mujeres entre 25 y 35 años se decantan por el tanga, mientras que para cinco de cada diez mujeres entre 35 y 45 años, la opción preferida es el bikini, seguida del culotte, que usan casi tres de cada diez. El gusto por la lycra supera al del algodón y los colores preferidos son el blanco (24%), el negro (28%) y sólo una de cada cien se decanta por tonalidades más atrevidas como el rojo o el azul. Renuevan sus prendas cada temporada y las más jóvenes (de 25 a 30 años) las adquieren en franquicias, mientras que a medida que aumenta la edad se observa una tendencia progresiva hacia las tiendas especializadas en lencería. Esto se advierte en el grupo de edad comprendido entre 35 y 45 años. En cuanto a inversión, las más jóvenes son las que menos se gastan ya que las que tienen entre 25 y 30 años declaran invertir sólo hasta cincuenta euros cada vez que compran. A medida que se avanza en los grupos de edad, el gasto se sitúa entre 50 y 100 euros.