Jugar a las compras

20/10/04 0:00

Algo tan sencillo como hacer la compra puede resultar toda una hazaña para las madres o padres que tienen que hacerlo de la mano de su hijo o hijos. En este caso, el tiempo de compra es bastante superior al normal, y los molestias son notables no por el niño, sino porque el progenitor no puede moverse con la misma soltura. Para solucionar este problema, el Mercat de s'Olivar inaugura este fin de semana una ludoteca municipal en la planta superior del centro. Este espacio está destinado a todas aquellas madres que desean hacer la compra de una manera tranquila y sin preocupaciones. Por el precio de 1 euro, los usuarios del mercado podrán dejar a sus hijos por un tiempo máximo de dos horas mientras ellos compran. La ludoteca acoge un máximo de 20 niños de 3 a 9 años y su horario es los viernes de 16.00 a 20.00 horas y los sábados de 10.00 a 14.00 horas.

Las monitoras Aitana Garrido y Lorena Alemany destacan que «no se trata de una guardería, sino de un espacio educativo». Por ello, se realizan diversos talleres como los de rascado de ceras, de barro, plastilina, pintura... El espacio está separado en diversos rincones como son la cocinita, la sala de lectura, la sala de estar y la sala de juegos y juguetes, entre otros. Eva Oliver, trabajadora de s'Olivar, señala que es «lo mejor que han montado en el mercado hoy por hoy. Te soluciona un verdadero problema». Por su parte, la usuaria Desiré Bujosa asegura que se trata de una «excelente idea; hacía falta un espacio de este estilo». Rosy Ramírez reconoce que su sobrina Carmen está encantada de quedarse allí mientras ella realiza la compra. La pequeña Mar también se lo pasa de lo lindo con los distintos juguetes que hay en la sala.

Además de estar entretenidos, los niños también conocen nuevos amigos y aprenden mientras sus padres realizan tranquilamente la compra del día. Pasadas las dos horas estipuladas, los niños se despiden con la ilusión de que mamá regrese la próxima semana al mercado para que ellos puedan volver a divertirse en la ludoteca municipal.

Samantha Coquillat