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M.L.AZPIAZU (EFE)/SAPRI
Mallorca también se ha subido al carro de la globalización y, aunque con menos fuerza que las grandes multinacionales, busca su lugar en los grandes mercados como el norteamericano. El nombre de la Isla ha sido adoptado por un grupo de restauradores españoles para bautizar sus establecimientos al otro lado del Atlántico. Así, Mallorca presta su nombre a tres restaurantes de EEUU ubicados en Filadelfia, Cleveland y Pittsburg. Sin embargo, toda relación con Balears apenas pasa de ahí. Nacido en Ourense hace 46 años, Jesús de Manuel lleva 30 residiendo en EEUU.

Con su socio José Manuel Torres, también gallego, decidió hacer las Américas con la noble misión de promocionar las excelencias de la cocina española en la tierra defast food. Ambos son propietarios del Restaurante Mallorca de Cleveland, nombre que escogieron «porque es un lugar muy conocido en EEUU», afirma Torres. Sin embargo, la carta del restaurante abarca principalmente platos peninsulares. «Eso sí, no hemos olvidado epa amb oli, muy solicitado en las fiestas que organizamos, al igual que el vino Son Bordils, que también gusta mucho».

Por su parte, Manuel Cardoso y su socio, Horacio Cortés, bautizaron como «Mallorca» uno de los establecimientos más frecuentados por los habitantes de Pittsburg amantes del buen comer. «Me instalé en EEUU en 1985 después de trabajar muchos años en un crucero que recalaba en Mallorca con frecuencia. Por esa razón, conozco la Isla bastante bien y si algún día me marcho, me retiraré allí», explica Cardoso, quien se declara un enamorado de la cocina balear, «sobre todo de sus pescados y mariscos». En su opinión, «estas recetas tradicionales merecen incorporarse a nuestro restaurante» y lo harán, casi con toda seguridad, el año próximo. «Quiero volver a Mallorca» -añade- «porque tengo buenos amigos allí. Y esta vez me haré con un buen libro de recetas porque los norteamericanos saben de la Isla, pero ignoran su enorme riqueza gastronómica».