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El conseller d'Interior, José María Rodríguez volvió ayer en contra del anterior Govern del Pacte de Progrés todas las acusaciones que durante las últimas semanas ha ido recibiendo por parte del PSOE sobre la gestión de los fondos que el Ejecutivo de Antich acordó destinar a los voluntarios de Balears que viajaron a Camariñas para paliar las consecuencias originadas por la catástrofe del «Prestige».

Lo que, en principio, iba a ser una comparecencia (solicitada por el PSOE) para que el conseller explicara si había falsificado una factura de una comida atribuida a altos cargos del anterior Ejecutivo, se convirtió en una censura a toda la gestión del Pacte.

En base a un informe interno, lo primero que hizo Rodríguez fue negar que el Ejecutivo de Antich aportará un millón de euros para los voluntarios; rebajó esta cantidad a 377.486 euros y reveló que se realizaron diversos pagos (restaurantes, viajes, libros, camisetas con el lema «Nunca mais») con cargo a ese presupuesto.

«De cada cien pesetas que, teóricamente debían ir a los voluntarios, 34 se dedicaron a otros fines», dijo Rodríguez escudándose en una investigación interna en forma de auditoría con la que se presentó a la comparecencia para sorpresa e indignación de los grupos de la oposición, especialmente el PSOE, que interpretaron como un intento de eludir sus responsabilidades.

«Yo comprendo que eso duela, pero en el informe queda claro que no se falsificó ninguna factura, que el supuesto acuerdo con el Consejo de Camariñas fue un montaje publicitario y que se imputaron gastos no justificados».