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El Ajuntament de Palma ha iniciado los primeros pasos para la demolición de los edificios Pullman de Cala Major. El Consistorio aprobó el martes pasado de forma inicial el Plan Especial de Reforma Interior (PERI) de esta zona de Ciutat, en virtud del cual se derribará el conjunto de inmuebles de la calle Joan de Saridakis. Además, 17 hoteles se reconvertirán en viviendas.

Las actuaciones de esponjamiento en Cala Major posibilitarán que el techo poblacional del barrio baje de 20.800 personas que permite el Plan General de Ordenación Urbana de Palma a los 13.170 que se permitirán con esta reforma.

La noticia ha sido recibida con más escepticismo que alegría por los vecinos de los inmuebles Pullman. Gente que vive en pequeños estudios de poco más de 25 metros cuadrados y de renta media-baja. Estas personas creen, a rasgos generales, que una reforma sólo sería aceptable con importantes compensaciones. Mucha gente vive en estos inmuebles -en defectuoso estado de conservación- desde hace muchos años. A la mitad de los encuestados la noticia les ha caído como un jarro de agua fría, acostumbrados a su vivienda. Otra mitad cree, con reservas, que un cambio de vivienda en mejores condiciones puede ser, a la larga, beneficioso.

Varias personas aseguraron -sin querer facilitar su nombre- que el anterior alcalde, Joan Fageda, había prometido no tirar los edificios.