Asisa garantizó ayer la calidad asistencial a sus asegurados tras
la ruptura del acuerdo de prestaciones sanitarias que mantenía con
la Policlínica Miramar.
El delegado de Asisa en Balears, Miquel Monserrat, acompañado
por Francesc Marí (gerente de la clínica Palmaplanas), Miquel Àngel
Mulet (administrador de la Clínica Rotger), Jaume Garcias (gerente
de la Clínica Juaneda, representando también al Hospital General de
Muro), y Bartomeu Coll (director de la Clínica Femenia), ofreció
ayer una rueda de prensa para explicar la situación creada tras esa
ruptura.
Monserrat explicó que Asisa, con 42.500 afiliados en Balears
atendidos por 750 facultativos, dispone en Mallorca de los
servicios de las clínicas Femenia, Juaneda, Rotger y Hospital de
Muro, con las que se han renovado los respectivos acuerdos, y a los
que se añadirán, a partir de mañana (1 de enero de 2005), los de la
clínica Palmaplanas, por lo que seguirán siendo cinco los centros
concertados con la compañía aseguradora.
La ruptura con Policlínica Miramar supone, según Monserrat, que
38 médicos de este centro sanitario, «que también trabajan para
otras aseguradoras», dejan de prestar, a partir de mañana mismo,
servicios asistenciales a los afiliados de Asisa, tal como se ha
visto reflejado durante las últimas semanas en numerosos anuncios
de prensa.
Monserrat negó que se hayan desviado a otros centros, desde la
ruptura con Miramar hasta ahora, servicios prestados por médicos de
la Policlínica, ya que el cese de prestaciones por parte de estos
facultativos no será efectivo hasta mañana. El delegado de Asisa en
Balears añadió que «una veintena de los médicos que anuncian el fin
de prestaciones para Asisa no han trabajado nunca para nuestra
compañía».
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