La Conselleria de Medi Ambient ha autorizado 894 pozos en casas de
suelo rústico de Mallorca desde que, hace un año, levantara la
moratoria. Cabe destacar que, además de estas 894 autorizaciones,
la Conselleria está tramitando otras 118. Estos pozos para
viviendas unifamiliares en suelo rústico tienen permitida, cada
uno, una extracción máxima de 200 metros cúbicos anuales, por lo
que el caudal autorizado suma 178.800 metros cúbicos al año. Así,
desde el levantamiento de la moratoria de pozos, en Mallorca se han
solicitado más de mil autorizaciones y 35 concesiones de
extracciones de agua. La diferencia entre unas y otras radica en
que las autorizaciones sólo permiten extracciones inferiores a
7.000 metros cúbicos anuales con una vigencia de un año prorrogable
durante seis meses, mientras que las concesiones pueden superar
esas 7 toneladas anuales.
Como se puede observar, casi todas las solicitudes de
autorización de pozos se refieren a abastecimiento de agua a una
vivienda familiar de suelo rústico, mientras que sólo 145 piden un
regadío agrícola. De las 35 peticiones de concesión, de momento
sólo se han resuelto tres: dos para regadío y una para
abastecimiento de una comunidad de propietarios. La gran diferencia
en el número de solicitudes para autorización o concesión tiene una
explicación. Normalmente, el interesado pide de forma inicial una
autorización porque su procedimiento permite comprobar si existe un
caudal suficiente de agua para sus necesidades. Una vez comprobado
que es así, el interesado solicitará una concesión, que permite una
mayor extracción sin el límite de un año prorrogable durante seis
meses. Es decir, la verdadera intención de los casi mil
solicitantes de una autorización es tramitar posteriormente y
conseguir finalmente una concesión.
La moratoria de pozos en 15 de los 21 acuíferos de Mallorca fue
ordenada en el año 2000, en plena sequía, con Margalida Rosselló
como consellera de Medi Ambient del Govern del Pacte de Progrés. El
objetivo de la medida era no extraer más recursos hídricos en esos
acuíferos ante el riesgo de salinizarlos o dificultar su
recuperación por sobreexplotación. En 2003, esa medida fue
flexibilizada y se permitió la perforación de nuevos pozos, siempre
y cuando el volumen de extracciones en el acuífero correspondiente
no se incrementase. Así, si un ayuntamiento compraba agua a pozos
particulares podía iniciar otras perforaciones si dejaba de
adquirir los recursos de los primeros. Por otro lado, los derechos
sobre un determinado volumen de agua se podían repartir entre
vecinos, a través de una comunidad de usuarios, si las extracciones
autorizadas sobrepasaban las necesidades del concesionario del
pozo. También se permitía el uso de aguas subterráneas saladas para
sustituir, en usos recreativos, el de recursos potables. Con el
Govern del PP, con Jaume Font como conseller de Medi Ambient, la
moratoria fue levantada, pero con las limitaciones del Pla
Hidrològic. Pese a las numerosas solicitudes, se considera que las
autorizaciones o concesiones finalmente aprobadas supondrán un
aprovechamiento global de algo más de 200.000 metros cúbicos,
cantidad, que en el conjunto del consumo de agua en Mallorca, sería
relativamente baja.
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