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El Casino se convirtió por un día en un escenario de ópera, ambientado en un pueblecito suizo, donde se representó «La sonámbula» el pasado sábado por la noche. Tras muchos días de ensayos, el Coro y la Orquesta de Cámara de Calvià salieron a escena bajo la dirección musical de Francesc Bonnín y la escénica de Robert Swedberger, de la Orlando Opera de Florida. La representación, que entre músicos, cantantes y técnicos, supuso la movilización de más de 200 personas, fue organizada por la Associació Musical Pere Josep Cañellas. Este título de Bellini entra a formar parte de una reciente, pero ya consolidada, programación operística en el municipio que nació bajo el aliento de Francesc Bonnín, director del área musical de la Fundació Teatre Principal. La afición a la lírica en el municipio hizo el resto.

Actuaron como solistas los cantantes Alessandra Sapan, Antoni Aragón, Maria Paz Juan, Francesco Facini, Eulàlia Salbanyà, Tomeu Bibiloni y Feliu Prats. Según explicó el director musical, esta pieza es una ópera semiseria en dos actos con música de Vicenzo Bellini y libreto de Felice Romani. Miquel Martorell fue el encargado de la escenografía, con un diseño esquemático inspirado en cuadros de Magritte y Dalí, mientras que los trajes, de la sastrería Cornejo de Madrid, iban en una línea de colores desde el siena tostado, los ocres, marrones y beiges a los granates.

«La música, para los cantantes, tenía muchas dificultades vocales, colaturas, una línea de canto muy pura, hay que tener una técnica muy afianzada», comentaba ayer Mari Paz Juan, quien aseguró que «fue un exitazo, todos los solistas estuvieron muy bien». Para Mari Paz, que encarnaba a la malvada Lisa, «era la primera vez que trabajaba en Calvià y fue una experiencia muy grata». Entre las anécdotas, Antoni Aragón se rompió un brazo durante los ensayos y cantó con escayola, mientras que Eulàlia Salbanyà tuvo que salir a escena con una gripe intestinal. «Demostraron gran profesionalidad y estuvieron muy bien», recordaba la soprano. «Pudimos ensayar in situ, con los decorados, y entre los solistas hubo un clima estupendo, da gusto trabajar así».

Mariana Díaz