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Mallorca no ha olvidado a las víctimas detsunami que el pasado 26 de diciembre sembró de miedo, muerte y desolación zonas tan idílicas como Sri Lanka, Banda Aceh, Phi Phi o Puket y así lo demostró ayer la gente que participó en eClub Ultima Hora conteniendo la emoción a la hora de escuchar los testimonios de Antoni Martí o Bernadí Coll.

Entre los asistentes al acto destacó la presencia de la vicepresidenta del Consell de Mallorca, Dolça Mulet; la directora general de Cooperació del Govern, Magdalena Contestí; el teniente coroneAntonio Ortiz, jefe de la Oficina de Comunicación de la Comandancia General, y una amplia representación del mundo social de las Islas, como el pintor Nofre Prohens, Celia Velasco, la ex edil del Ajuntament de Palma Maria Crespo o Carme Gordó.

Por parte del Grup Serra acudieron al acto su presidente-editor, Pere A. Serra; el director general de Publicaciones y deDiari de Balears, Miquel Serra; el director de Ultima Hora, Pere Comas, y la directora de Publicidad y Ventas, Carme Serra.

Sin duda uno de los momentos más emotivos de la velada lo puso Antoni Martí, turista afectado por la tragedia, quien relató en primera persona la tragedia vivida y, a pesar de todo, no dudó en afirmar, un «sí» rotundo cuando Pedro Prieto le preguntó si volvería a visitar Phi Phi.

La solidaridad también se pudo observar entre el público en el que estuvieron presentes representantes de Bombers sense Fronteres, Calvià sense Fronteres o Apotecaris sense Fronteres, además de varios miembros del Fons Mallorquí de Solidaritat. «Cuando estábamos en la zona cero de Banda Aceh el chófer que nos acompañaba nos pidió que Mallorca no les olvidara», dijo el periodista Pedro Prieto, recordando el viaje que efectuó 26 días después de la tragedia acompañando a los integrantes del Fons Mallorquí de Solidaritat.

Y Mallorca no ha olvidado. Las imágenes que se mostraron de la tragedia sensibilizaron, todavía más, a quienes participaron en eClub Ultima Hora. Unas sensaciones en las que se podía palpar el silencio de los muertos, las frías olas detsunami arrastrando a su paso a las personas, las casas, los hoteles, las barcas. Y los gritos de las cientos de miles de víctimas arrastradas por la fuerza incontenible de las aguas. El punto más emocionante lo puso Maria Antònia, la esposa de Antoni Martí, cuando desde el público relató «pasé mucho miedo. Con la primera ola no sabía qué pasaba, con la segunda pensé que me moría y con la tercera creí que no podría contarlo», pero, por suerte, lo ha contado.