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Hay muchos niños que se han quedado sin padres y merecen volver a ser felices. Para ello, necesitan mucha ayuda para pasar este trauma y poder reconstruir su pueblo y su vida». Con este sentimiento tan humano describe Luisa la situación que están viviendo los ciudadanos del sureste asiático tras etsunami que el pasado 26 de diciembre azotó sus vidas.

Para mitigar el dolor de esta desgracia, el colegio Arcàngel Sant Rafel realizó ayer un mercado solidario a beneficio de los damnificados del sureste asiático. La cita fue en el patio de la escuela a las 17.00, hora en la que los padres fueron a recoger a sus hijos. Durante una hora, el centro acogió a una gran cantidad de personas que querían aportar su granito de arena para ayudar a esas víctimas.

Durante toda la semana, los padres han estado donando distintos objetos para que los alumnos pudieran venderlos en el mercadillo. Artículos como ropa, comida, juguetes y bisutería a unos precios baratísimos, de 0'50 a 3 euros, se vendieron con una gran rapidez. Los objetos sobrantes serán donados a la Fundació Deixalles o a Cáritas.

Recaudación
Todo el dinero recaudado irá destinado a la ayuda humanitaria al sureste asiático a través de Cáritas. También han colaborado Trui Espectáculos, Bancaja, El Corte Inglés, Tejidos Bellver, Solutions Catering y Coca-Cola.

En la fiesta actuaron los payasos Aleli y Tami, que hizo las delicias de los más pequeños. También, se rifó un cuadro donado por María Àngeles Merino Laorden, una madre de un alumno.

La fiesta se organizó en una hora idónea, ya que los padres fueron a recoger a sus hijos.

Los alumnos se mostraron muy concienciados con la tragedia de Asia. Así, el alumno Óscar explicó que «es una buena idea para ayudar económicamente a las víctimas. Además, al mismo tiempo que la gente ayuda a esta causa se lleva algo a cambio».

Por su parte, la joven Cati afirmó que «hay mucha gente que pasa hambre y que necesita comida. Además también tienen que reconstruir su zona».

La fiesta fue todo un éxito y, aunque todavía está por determinar la cantidad recaudada, lo cierto es que todos los asistentes colaboraron por la causa, porque la tragedia lo requería.

Samantha Coquillat
Fotos: M. A. Cañellas