El presunto etarra Javier Pérez Aldunate abonó el 7 de abril de
2004 en efectivo 78 euros por el alquiler de la habitación 19 del
hotel Colón de Palma. Se identificó como Eduardo Bustillo Castro y
sólo permaneció dos días en el establecimiento, según recuerda la
recepcionista Catalina. «Se registró el 6 de abril a las 23.00
horas y ocupó una habitación del primer piso con baño privado,
terraza y televisor», explicó.
Pérez Aldunate había recibido la instrucción por parte de los
dirigentes de ETA de acabar con la vida del rey Juan Carlos en la
Semana Santa de 2004, pero no la pudo cumplir debido a que el arma
elegida para el magnicidio -un rifle- no llegó a su poder, según
consta en el auto de prisión decretado po el juez Baltasar Garzón.
Los propietarios del hotel Colón, inaugurado en 1957, todavía no se
reponen del susto. Creen que el hecho de ser noticia por un suceso
tan desagradable como el de haber servido de morada a un presunto
etarra, les está haciendo un daño enorme.
«Recibimos clientes de todas las clases y condiciones. Ese
señor, que se dice iba a matar al Rey, rellenó el formulario de
entrada como lo hacen todos, formulario que luego es entregado a la
policía. No tenemos ninguna culpa de lo que ha pasado», señaló. El
hotel Colón cuenta con 36 habitaciones y su porcentaje anual de
ocupación oscila entre el 60 y el 70 por ciento. Es cierto que al
tratarse de un establecimiento modesto, gran parte de su clientela
también lo es. «Han dicho que aquí se alojan 'mochileros', pero
olvidan que muchos de ellos pagan con tarjeta Visa Oro», dijo el
propietario, que prefirió mantener el anonimato.
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