La historia de las fiestas populares organizadas con motivo del Dia
de les Illes Balears es una sucesión de éxitos y fracasos. Tal vez
el acto más llamativo fueron los lances a caballo en el Born en
1997, a modo de torneo medieval, aunque tal vez recordaban
demasiado a un restaurante-espectáculo. De todos modos, la
participación de caballos siempre se ha mostrado como un reclamo
eficaz para la participación de un público, por lo general, no
demasiado interesado en el Dia de les Illes Balears.
Se han probado otras muchas cosas, pero lo único que se ha
consolidado es el mercadillo medieval, que sirve para poner a la
venta una representativa muestra de productos de alimentación y
artesanía de las Islas. Basta observar las masivas afluencias de
público a las ferias de los pueblos para saber que las muestras de
este tipo, aunque sean a pequeña escala, también resultan
eficaces.
Eball de bot ha sido también un recurso utilizado. En 1998,
hasta trece plazas de Palma fueron ocupadas por diferentes grupos
folclóricos. El éxito de público fue indudable, aunque también hay
que reconocer que una buena parte de los asistentes eran
turistas.
Las casas regionales siempre han tenido protagonismo en el Dia
de les Illes Balears. La fiesta supone una buena excusa para
profundizar en la integración de aquellos que tienen sus orígenes
fuera de Balears. Tal ha sido su éxito que este año se ha decidido
trasladar este encuentro para más adelante, con una feria
específica.
Otro éxito año tras año es el de los castellers, que también han
estado presentes en los actos del Dia de les Illes Balears. Los
castells humanos se han consolidado en Mallorca y ya son muchos los
que participan en ellos. Los castellers ya son tradición.
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