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S. CARBONELL/EUROPA PRESS
Sindicatos y patronal constituyeron ayer la mesa de negociación del décimosegundo convenio colectivo de hostelería de Balears. Una negociación que comienza con divergencias entre patronal y sindicatos, ya que éstos últimos han anunciado que reclamarán subidas salariales significativas, demanda que las federaciones hoteleras no tienen previsto satisfacer «más allá» del Indice de Precios al Consumo (IPC).

La secretaria general de la Federación de Hostelería de CCOO, Angeles Sánchez, dijo ayer que la negociación abierta va a ser «muy dura», ya que los salarios son la «principal expectativa» de los sindicatos y que «los trabajadores esperan que los sindicatos consigan mejoras salariales e intentaremos que el convenio sea del agrado de ellos», apostilló. Antonio Copete, secretario general de la Federación Hotelera de UGT, dijo ayer que la «pelota está encima del tejado de los empresarios», argumentando que han sido ellos los que han hablado de «buenas perspectivas económicas». Copete añadió que «si ellos dicen que todo va bien, que las previsiones de futuro son buenas, esperamos que sean sensatos y que suban los salarios dignamente», concretó.

No obstante, el asesor de la Federación Hotelera de Mallorca, Carlos Sedano, explicó que el objetivo de los empresarios es centrar las mejoras del convenio en la estabilidad laboral, ya que consideró que, en el plano económico, «no se podrán hacer maravillas». «Con los parámetros de resultados de las empresas que tenemos, no es precisamente un convenio que podamos hacer grandes maravillas, por lo que el objetivo debe ser estabilizar el sector y abordar aspectos, como la duración de contratos», apuntó Sedano. Por su parte el presidente de la Federación Hotelera de Mallorca, Pere Cañellas, dijo ayer que la negociación del convenio del sector estará marcada por los momentos de crisis que han experimentado los empresarios turísticos de las Islas en los últimos años. Cañellas pronosticó también que la negociación entre ambas partes será «difícil», debido a que las empresas «han perdido rentabilidad en los últimos años», por lo que subrayó que la patronal hotelera «no tendrá ocasión de ser tan generosa como en otras etapas negociadoras».