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En la noche del viernes, en la discoteca Tito's, hasta donde no fue fácil llegar -ni ahí ni a otros puntos del Paseo Marítimo debido a que una empresa automovilística había copado cerca de doscientos cincuenta aparcamientos- algunos de sus clientes salieron con un tatuaje en brazo, pierna, espalda o donde ésta pierde su bello nombre, y encima no les costó nada. Tatuajes de agua y también de aguja, los primero perecederos, algunos bellísimos, sobre todo los que lucían las chicas del ballet, y los segundos eternos, un par de ellos espectaculares tanto por su tamaño como por el contenido.

Según nos contó Denise, directora comercial de la casa, esta exhibición de cómo se hace un buen tatuaje estuvo a cargo de Eclipse, empresa de tatoo dirigida por el conocido Santino. Tito's dispuso tres stands, dos en la planta baja de la discoteca y uno en la de arriba, por la que pasaron numerosos clientes que hoy son dueños de un tatuaje como el que nunca soñaron, o si lo soñaron alguna vez, hace unas horas han hecho ese sueño realidad y, encima, gratis, sin haberles costado ni un céntimo de euro. Como hemos dicho, mientras unos se los pidieron en la espalda, otros lo quisieron en brazos, piernas e incluso en pleno glúteo.

Llamó poderosamente la atención ver la facilidad, habilidad rapidez con la que la gente de Santino trabajaba sobre aquellas pieles y los resultados que obtenían, así como la capacidad de resistencia de quienes eran tatuados, ya que un tatuaje duele. Estaba previsto un concurso de tatuajes, no solamente de los hechos esa noche sino de los clientes en general, pero duró tanto tiempo la primera parte, que el concurso se ha pospuesto para más adelante, aunque por el momento no hay fecha fija.

Pedro Prieto