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Veïns sense Fronteres cumple 10 años, su presidente y cofundador, Jaume Obrador, afirma con orgullo que durante este tiempo la ONG ha gestionado 2.700.000 euros, amén de todo lo recibido «en especies».

En la actualidad, cuenta con 150 miembros y un núcleo activo de 20 personas comprometidas sin condiciones. En abril organizará un ciclo de conferencias en el que cinco mujeres africanas hablarán de la discriminación sexual, en el marco del programa 'Milenium' de la ONU.

Asimismo, Obrador espera que el dictador Pierre Buyoya sea capturado, tras ser inculpado en el asesinato del director general de OMS en Burundi: «Que se rompa así la impunidad histórica de quienes han alimentado años de guerra y odio».

Jaume Obrador, hoy un hombre casado y con hijos, en 1966 era un misionero más en Burundi.

A pesar del cambio, su destino estaba ligado al país. En 1993, el asesinato del primer presidente elegido democráticamente, el 'hutu' Melchior Ndadye, provocó una situación dramática; cerca 800.000 exilados y 300.00 desplazados. Apareció entonces el embrión de Veïns Solidaris, la Comisión de Solidaridad que impulsó Obrador con la ayuda de la Federacions de Asociacions de Veïns de Palma.

En enero de 1995, constituyó formalmente Veïns sense Fronteres y definió sus ejes de intervención.

«En primer lugar, denunciar el doble lenguaje de las instituciones internacionales. No se puede defender la democracia y, al mismo tiempo, potenciar el mercado internacional de armas».

Otro aspecto clave ha sido dar apoyo a las «fuerzas democráticas emergentes», apuntó Obrador. «Mallorca se ha convertido en un territorio neutral y amigo, aquí vienen a exponer y difundir sus problemas y desde 'Veïns' hemos coordinado los encuentros entre guerrilla y militares del que ha surgido el documento de paz presentado en la ONU.