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«La Iglesia deberá cambiar muchas cosas», afirmaba ayer Antoni Vadell, rector del Seminario Menor, en relación a la falta de vocaciones que sufre la institución católica. «No todos los jóvenes pueden responder a un patrón determinado. La iglesia y la sociedad deben dialogar mucho», añadió ayer, Día del Seminario, jornada dedicada a las vocaciones sacerdotales. Lo cierto es que en la actualidad sólo 22 jóvenes asisten al Seminario Menor en Familia, término con el que se expresa la reforma que la Diócesis de Mallorca llevó a cabo en 2002 y que permite a los seminaristas menores de edad permanecer en su ámbito familiar y acudir a sus colegios habituales.

El Seminario Mayor adolece de una criba mucho mayor. En la actualidad sólo cuenta con siete seminaristas. «Nos mantenemos por lo bajo», reconocía Vadell. Con la celebración de la jornada dedicada a las vocaciones sacerdotales, la Iglesia pretende acercar el seminario a toda la Diócesis para difundir su labor y para sensibilizar a la sociedad sobre la necesidad de vocación sacerdotal. Asimismo, se pretende motivar a los sacerdotes y demás responsables de pastoral a que descubran «candidatos» al sacerdocio, potenciar en las comunidades cristianas la oración por las vocaciones y apoyar al seminario económicamente.

La celebración anual por el sacerdocio se llevó a cabo de forma individual en todas las parroquias de la Isla bajo el lema «Generosos y entregados... como María».