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Quizá ha tardado demasiado en visitar las Islas en viaje oficial, pero al final, la número dos del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, se ha reunido con el presidente del Gover, Jaume Matas. Era un encuentro imprescindible tras las tensiones y enfrentamientos de los últimos meses. Y también eran necesarios los contactos, aunque breves, mantenidos por la vicepresidenta con los representantes de la patronal, los sindicatos y la Universitat.

El balance de esta primera visita debe ser calificado de positivo y esperanzador. Cabe destacar, de modo especial, el anuncio de una reunión monográfica del Consejo de Ministros dedicada al turismo. Hablar de turismo es hablar de Balears. Bien venida sea, pues, esta iniciativa.

También debemos sentirnos satisfechos del «talante» con que se ha desarrollado la reunión de Fernández de la Vega con Jaume Matas. Los antiguos bloqueos que presidieron siempre las relaciones entre ambas administraciones parecen estar en vías de solución.

Así al menos lo ha dado a entender De la Vega, al asegurar que el conflicto institucional creado a raíz del convenio de carreteras para Balears será objeto de negociación, desvinculando el nuevo acuerdo de la discusión acerca del cumplimiento anterior convenio, a la vez que se tendrán en cuenta también las promesas realizadas al líder del PSIB, Francesc Antich, en materia de inversiones para infraestructuras en las Islas. No se cierran puertas, pues.

Si el Régimen Especial es el instrumento más adecuado, hay que potenciarlo y si el Govern -como parece- estima que hay que reformarlo, adelante. La cuestión es establecer líneas de comunicación fluidas, un cuerpo de derecho firme que se respete en todas partes y una determinación por conseguir para el Archipiélago las mayores cotas de autogobierno y de financiación.