Gradas vacías en la subasta de la madrugada de ayer en la Llonja. Foto: JOAN TORRES

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Los «peixeters», agrupados en el Gremio de Mayoristas y Detallistas de Pescado y Marisco, presidido por Francesc Bauzà, garantizó el abastecimiento a los consumidores a través de especies importadas de la Península. Por su parte, los pescadores aseguran que han conseguido vender una buena parte de las 17 toneladas de género que se habían quedado sin salida por la negativa de los «peixeters» a comprar. Según Bernat Bonet, presidente de Mallorca Mar, estas capturas se habrían distribuido en grandes superficies comerciales, hoteles, restaurantes, algunas pescaderías y en el mercado de mayoristas de Barcelona (Mercabarna). A pesar de la venta de estas 17 toneladas, será difícil en esta Semana Santa contar con pescado fresco mallorquín.

Tras los enfrentamientos entre pescadores y «peixeters» durante la madrugada del pasado martes en la Llonja de Palma, la madrugada de ayer miércoles el mismo recinto no fue escenario de ninguna agresión física, pero sí de una enorme tensión. Como informamos en nuestra edición de ayer, el conflicto entre ambos colectivos se originó al cerrar los pescadores una barrera que impide el acceso a la sala donde se almacena y prepara el pescado antes de colocarlo en la cinta transportadora de la subasta electrónica. Los «peixeters» exigen el acceso a la sala para visualizar el pescado antes de la subasta.

Los primeros proponen ofrecer, antes de la subasta, un listado de las especies disponibles sin especificar cantidades. Los segundos rechazan esta propuesta y exigen acceder a la sala desde las 4 hasta las 4,30 de la madrugada. Los pescadores no aceptan, alegando razones de seguridad e higiene. En la madrugada de ayer, Mallorca Mar dejó muy clara su postura desde el principio. A las 4 de la madrugada, la barrera estaba cerrada. En la sala se almacenaban las 17 toneladas de pescado que no se habían vendido la madrugada anterior.