Maya Sherpa es una joven nepalí de 26 años que ha iniciado la
difícil carrera de conquistar los catorce 8.000 del Himalaya, un
récord que sólo ostentan cerca de diez escaladores de todo el
mundo. De momento ya lleva uno, el Cho-Oyu en otoño de 2004, y
ahora está a punto de subir al Lhotse. De lograr su propósito, Maya
sería la primera mujer escaladora en lograrlo.
Todo empezó tras coronar el Ama Dablam (6.814 m.) hace sólo tres
años. Aquel instante fue decisivo en la carrera de Maya, quien
convirtió una simple afición deportiva en un reto vital. Mujer
discreta y de pocas palabras -conseguimos a duras penas que se
dejara fotografiar-, Maya quitó importancia al objetivo que se ha
fijado. Al fin y al cabo, para una mujer nacida en la región de
Okel Dhunga, «las montañas son parte de nuestras vidas, costumbres
y religión», declaró.
Los expedicionarios mallorquines coincidieron con ella el sábado
pasado en el monasterio de Tyangboche, donde pudieron compartir
unos instantes con ella y comprobar la sencillez de esta mujer
criada en la tierra de los sherpas y que va camino de convertirse
en un nuevo mito de la alta montaña.
Pero la expedición «Mallorca a dalt de tot. Everest 2005»
continúa su proceso de aclimatación a la altura y de aproximación
al campo base (5.400 m.), donde es probable que lleguen a mediados
de esta semana. Mientras tanto, ayer hicieron noche en Dingboche, a
4.365 metros sobre el nivel del mar, un pequeño pueblo ubicado
cerca del glaciar del Lhotse (8.516 m.) y a los pies del Ama
Dablam.
Uno de los sherpas de la expedición, Pemba Ringee Sherpa, es un
devoto del lama de Phangboche. Él fue quién sugirió que, además de
las bendiciones del lama principal de Tyangboche, habría que pedir
algunas plegarias más para garantizar el éxito de la aventura
mallorquina. El pueblecito nos venía de camino a Dingboche.
Joan Carles Palos, enviado especial al
Himalaya
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