Cirer, fuertemente escoltada antes de la inauguración de una feria que comenzó con gran ambiente. Foto: JOAN TORRES

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Una hora antes de que se inaugurara la Feria de Abril, más de 200 funcionarios de Cort (la mayoría miembros de la Policía Local) esperaban a Catalina Cirer, alcaldesa de Palma, en una de las dos puertas de acceso con una decena de pancartas en la que reivindicaban mejoras salariales. Fue el particular comité de bienvenida a una Corporación municipal que entró en el recinto ferial con un ensordecedor ruido de silbatos y al grito de «Sueldo digno», «Manos arriba, esto es un atraco».

Rafael Durán, concejal de Deportes; José Sierra, concejal de Vivienda, y Maria José Frau, concejala de Relaciones Institucionales, fueron algunos de los primeros en llegar. Frau, la única vestida de sevillana, pasó el mal trago de entrar sola en el recinto bajo el abucheo constante y los silbatos de los manifestantes. A las 21.30 horas llegó Catalina Cirer a las proximidades de Son Pardo. Cuatro coches de la Policía Nacional esperaban en la entrada. Escoltada por casi una decena de miembros de la Policía Local, la alcaldesa evitó la entrada donde se agolpaban los manifestantes y entró a la feria por una segunda puerta, perseguida por los dos centenares de funcionarios, que repitieron las reivindicaciones realizadas el jueves en Cort.

Empujones, el «griterío» de los silbatos, más eslóganes e incluso insultos se sucedieron durante las dos primeras horas que la alcaldesa permaneció en la feria. Cirer cortó la cinta de inauguración rodeada por policías locales de servicio y escoltada por más de siete concejales; entre ellos, Rogelio Araújo, Rafael Durán, Ramón Torres y Àlvaro Gijón. «No quiero hacer ningún comentario, hoy es un día de fiesta, nada más», contestó Cirer al ser preguntada por la actuación de los manifestantes. Minutos después de cortar la cinta y rodeada del cordón policial, la concejala Maria José Frau, Catalina Cirer y Pedro Anaya, presidente de la Casa de Andalucía, subieron con serias dificultades a un carruaje que les llevó por todo el recinto de la feria.

M. Azagra / S. Coquillat