Las obras en la Plaça de la Reina obligaron a cambiar el itinerario.

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M.G./EFE
Alrededor de 500 personas acudieron a la manifestación del 1 de mayo, convocada por los sindicatos CCOO y UGT, que se convirtió en una de las menos participativas de los últimos años.

Bajo el lema unitario «Más empleo estable, mejor protección social», la concentración partió de la Plaza de España, a las 11.30 horas, en dirección al Parc de la Mar, donde se leyeron los manifiestos y se celebró una fiesta.

Los secretarios generales de CCOO, José Benedicto, y de UGT, Lorenzo Bravo, condenaron la política económica del Govern de Matas y la falta de concertación real en el ámbito laboral. «Tenemos -dijo Benedicto en su proclama- un Govern maniatado, rehén de los empresarios». Añadió que «el Ejecutivo tiene poco tiempo para salvar el déficit político de la concertación social o entenderemos que la fase de diálogo ha llegado a su fin».

Censuró, además, la «tarjeta verde» y advirtió al Govern que «no nos busque para ir a llorar a Madrid» por la falta de recursos en educación y salud, «mientras se dilapida el dinero en un equipo ciclista, en contratos vergonzosos con Douglas y Schiffer o en obras faraónicas» en carreteras».

Bravo pidió al Ejecutivo que deje de favorecer a los empresarios «especuladores» y criticó la actitud de esta Administración, que a su juicio no se atreve a «abordar con valentía» el cambio de modelo turístico que experimentan las Islas, lo que puede poner en peligro el empleo de este sector ante el auge de la oferta residencial y el «todo incluido».

El secretario general del PSIB-PSOE, Francesc Antich, reiteró la necesidad de reactivar el «pacto por la ocupación» y de lograr avances en el diálogo social por el Govern. También acudieron Pere Muñoz (PSM), Eberhard Grosske (EU), Celestí Alomar (PSIB) o Miquel Rosselló (EU).

Los sindicatos USO, CGT y CNT celebraron ayer sus propias manifestaciones, al margen de los dos sindicatos mayoritarios, aunque partieron del mismo lugar. USO marchó hasta la Porta de Sant Antoni y después celebró una «torrada» en el parque Krekovic, en el Polígon de Llevant.