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Camp I is desappear. Not exist («El Campo I ha desaparecido. No existe»), éste era el mensaje insistente que una voz nepalí anunciaba angustiada en inglés a través de los radiotransmisores de la mayoría de las expediciones. Rápidamente, la voz de alarma se extendió por todo el Campo Base, justo después de que un helicóptero militar evacuaba el cuerpo del escalador norteamericano muerto el domingo pasado en la impresionante cascada de hielo del Khumbu.

Eran las cinco de la madrugada del miércoles cuando una inmensa avalancha de nieve y piedras se precipitó desde la cara oeste del Everest sobre el Campo Y, ubicado hacia 6.000 metros entre la cascada de hielo del Khumbu y el inicio del Valle del Silencio. El crujir de la gran montaña se sintió claramente desde el campo base.

En el momento de escribir esta crónica el balance del siniestro era de hacia seis heridos, uno de ellos muy grave, que habían empezado a ser evacuados por los sherpas. A pesar de eso, la gran duda era saber si podía haber más gente sepultada bajo la nieve en las cerca de 30 tiendas de campaña de las diversas expediciones que formaban el Campo I. De hecho, se temía por dos escaladores checos que nadie había poder localizar.

Aunque ningún mallorquín se vio afectado por el alud, Tolo Quetglas ha perdido buena parte de su material que había dejado en depósito en el Campo I. Concretamente, tenía unas botas Millet, un mono de goretex, unos guantes, un saco de plumas, crampones y un piolet. Todo ello además de diversos utensilios y una reseñable cantidad de comida.

De la mayor parte de material, Tolo Quetglas tenía un duplicado en el Campo Base, pero la única cosa que el expedicionario puede dar casi por perdidas son las botas. Ahora tendrá que esperar a ver si hay alguna posibilidad de desenterrar las tiendas del Campo I o tendrá que correr a Namche Bazar a comprar unas nuevas. Por eso el escalador tuvo que volver de urgencia ayer al Campo Base.

En cuanto al resto de la expedición, Oli y Tolo Calafat han pasado la noche en el Campo II (6.400 metros) y para hoy es probable que continúen hasta el Campo III (7.200 m.). Todo dependerá de las condiciones meteorológicas y de un incómodo principio de gastroenteritis que sufre Oli. Para el viernes, o bien volverán directamente o bien avanzarán en dirección del Cuello Sur hasta la llamada Espuela de los Ginebrinos, muy cerca de los 8.000 metros, antes de iniciar el descenso el sábado.

Para la mayoría de expediciones que hacen cola para subir al Everest, esta semana empieza a resultar especialmente trágica. Un muerto y seis heridos es el negro balance del movimiento de alpinistas por los alrededores de la cascada de hielo del Khumbu, primero y único tropiezo importante en la vía de ascenso al techo del mundo por la vertiente sudoeste.

Por lo que nos comunican nuestros expedicionarios, la imagen del Campo I es inédita y escalofriante, ya que nadie recuerda un hecho igual. Una inmensa masa de hielo y piedras de un par de metros de grueso cubre totalmente lo que puede verse en la fotografía que Oli tomó hace tan sólo quince días.