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Unas 6.000 personas de la tercera edad de Mallorca subieron ayer a Lluc para celebrar una masiva ofrenda floral a la Mare de Déu de Lluc. Desde las diez de la mañana cientos de autocares transportando a personas de la tercera edad procedentes de toda la isla colapsaron las entradas al Monasterio de Lluc, llegando a provocar retenciones en una carretera habitualmente poco transitada. Antes de las once de la mañana el altar deacolliment de Lluc ya se había quedado pequeño. La gente mayor no dudó en ocupar los asientos reservados a las numerosas autoridades que acudieron al acto, entre otras la vicepresidenta del Govern, Rosa Estaràs; la consellera de Presidència, Rosa Puig, y el presidente de s'Institut, Antoni Serra, que tuvieron que escuchar la misa de pie. La misa dio comienzo con retraso, pues muchas personas mayores ocuparon las escaleras del altar deacolliment por las que tenían que entrar los blavets y tuvieron que ser reubicadas. El vicario general de la Diócesis de Mallorca, Andreu Genovart, ofició parte de una misa que los blavets amenizaron cantando la Salve.

Las flores y los centros de todo tipo llegaron desde pueblos de toda la Part Forana de Mallorca. Algunas asociaciones de la tercera edad optaron por comer en las inmediaciones del Monasterio de Lluc y otras volvieron a subir al autocar para comer en ruta. Al acto, que contó con gorras del Govern hechas a propósito y que fueron muy solicitadas por las personas mayores, asistieron también muchos alcaldes de toda Mallorca. Entre otros, el alcalde de Manacor, Antoni Pastor; la alcaldesa de Felanitx, Catalina Soler; el alcalde de Maria de la Salut, Antoni Mulet, y el alcalde de Campos, Andreu Prohens. A diferencia de la llegada, en la que se vivieron momentos de caos, la salida de los autocares se produjo de forma escalonada.

En definitiva, la jornada de ayer fue un encuentro de disfrute para la tercera edad costeado por los servicios sociales de S'Institut y que nadie quiso perderse.

Marta Medrano