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Los clientes del bar Ca'n Biel, de la barriada palmesana de Son Oliva, que cada mañana acuden a tomar el café con leche, ayer desayunaron con champán. Casi trescientos millones de las antiguas pesetas se repartieron entre los clientes, vecinos y gente de la zona con motivo del sorteo de la ONCE, celebrada en la noche del jueves. José Antonio López, propietario del bar, vendió 45 cupones del número agraciado, el 69.248, además de la serie. Catorce cupones del premio no fueron vendidos y, por tanto, se devolvieron.

Fue una explosión de alegría lo que se vivió durante toda la jornada de ayer en la que más de un premiado se tomó el día libre en el trabajo. Manolo es el vendedor de la ONCE que desde hace ocho años reparte la «ilusión de todos los días», recorre a diario la zona y se establece en el ambulatorio de la barriada. Además, vendió un buen pellizco al dueño del bar Ca'n Biel. «Tapar agujeros» y unas buenas vacaciones, son las principales intenciones en las que gastar el premio, según nos comentaban algunos de los premiados como Leo, Tomás o Toni. María José Castro, junto a Jose Antonio, quienes están tras la barra del negocio, fueron ayer los protagonistas del día pues obtuvieron numerosas felicitaciones.

Junto al bar Ca'n Biel hay una carnicería-charcutería donde tambien tocó, pues Tomás Arias y Ana Lozano llevaban algunos cupones. Tomás confesó que además de disfrutar de un buen viaje reformará la casa. Por su parte, Ana, quien hace unas deliciosas hamburguesas, piensa aprovecharlo al máximo. Gente trabajadora y humilde. Algunos incluso se ocultaban de las cámaras de fotografía y evitaban hablar del dinero ganado, si eran 33.000 euros o 300.000, aunque casi todos los que ayer tenían el número ganador llevaban de uno a tres décimos.

Julián Aguirre