El primogénito de don Felipe y doña Letizia recibirá nada más nacer
el título de infante o infanta de España, y una vez sus padres se
conviertan en Reyes, heredará el título de XXXVI príncipe o
princesa de Asturias, que va unido a la condición de heredero de la
Corona.
Con la actual redacción de la Constitución, eso sólo se
producirá en el caso de que el primer hijo de don Felipe y doña
Letizia sea varón o en el caso de que sea mujer, hasta que haya
descendencia masculina. También ocurrirá así, si es hija única.
El actual artículo 57 de la Constitución (Título II, de la
Corona) establece que «la sucesión al trono seguirá el orden
regular de primogenitura y representación, siendo preferida la
línea anterior a las posteriores; en la misma línea, el grado más
próximo al más remoto; en el mismo grado, el varón a la mujer, y en
el mismo sexo, la persona de más edad a la de menos».
La reforma del artículo 57 requiere el apoyo de dos tercios de
las Cortes, una disolución de las Cámaras, una nueva convocatoria
de las Cortes que la ratifique, y el respaldo de un preceptivo
referéndum para la validación de la reforma.
«Por estar ubicada topográficamente en el Título Segundo, esta
sería la reforma más difícil de las que se pueden acometer de
manera razonable en el tiempo político que tenemos por delante»,
explicó el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar el
pasado mes de noviembre.
La supresión de la preferencia del varón en la sucesión a la
Corona, una de las cuatro modificaciones que el Gobierno pretende
introducir en la Constitución, se encuentra pendiente del dictamen
que el Consejo de Estado deberá emitir antes de fin de año.
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