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Los príncipes de Asturias tuvieron que escuchar ayer en Menorca claras reivindicaciones para que la insularidad que padece Balears sea compensada de alguna manera. En su tercera jornada del viaje oficial a las Islas, los Príncipes recibieron el primer baño de multitudes menorquín en Maó, donde miles de personas aclamaron a don Felipe y doña Letizia. Los mahoneses esperaban a don Felipe y doña Letizia en las calles de la capital menorquina, en la sede del Consell de Menorca y en las proximidades del claustro del Carme, donde los Príncipes mantuvieron un intenso contacto con empresarios de la industria menorquina.

Con media hora de retraso sobre el horario previsto, los Príncipes llegaron al Consell de Menorca acompañados por el president Matas y el delegado del Gobierno, Ramon Socias. La presidenta del Consell de Menorca, Joana Barceló, y el alcalde de Maó, Artur Bagur, esperaban a los visitantes ilustres en la sede de la institución insular. Los Príncipes saludaron a las autoridades y de inmediato recibieron el calor del pueblo menorquín. «Leti, Leti», repetían cientos de jóvenes entusiasmados con la presencia de doña Letizia. La Princesa respondía con una sonrisa a todas las muestras de afecto que recibió en su primera visita oficial a Menorca.

Ya en los discursos, los Príncipes escucharon peticiones muy claras del pueblo menorquín a través de su presidenta, Joana Barceló. «Esta, vuestra primera visita oficial a Menorca, dejará memoria en los anales de este pueblo», subrayó la presidenta Joana Barceló durante el discurso de bienvenida. Sin embargo, Barceló quiso aprovechar la presencia de los Príncipes en Menorca para reivindicar con claridad la necesidad de que la insularidad sea compensada. «Porque somos insulares tenemos un territorio finito y limitado. Porque somos insulares y nos afectan vivamente las políticas de transporte. Y porque somos insulares, sentimos con gran fuerza nuestra propia y especial identidad y la necesidad de participar, desde el respeto de la pluralidad, en estructuras institucionales superiores que garanticen, plenamente, la igualdad de oportunidades de nuestro pueblo», planteó la presidenta de Menorca.

Barceló recordó que la visita de los Reyes a Menorca en 1993 ya demostró el compromiso del pueblo menorquín con la monarquía parlamentaria. «Y por ello pido a sus augustas personas que no dejen de ejercer la función integradora de todas las tierras españolas como hasta hoy lo han observado, incluyendo en este noble objetivo las pequeñas realidades de España que llamamos islas», dijo Barceló, quien concluyó su discurso en catalán.

Tras escuchar la intervención de la presidenta de Menorca, el Príncipe también utilizó el catalán para iniciar su discurso en la isla. «Vull agrair a la presidenta del Consell les seves generoses i molt il.lustratives paraules de benvinguda i als membres del Consell i als batles de Menorca l'acollida cordial que ens heu brindat. La Princesa i jo ens sentim molt honorats de prosseguir aquí, a Menorca, la nostra visita oficial a les Illes Balears i de tenir ocasió de correspondre-vos amb el nostre sincer i cordial afecte. Un afecte que també el meu august avi, el Comte de Barcelona, i el meu pare, sempre han mostrat cap aquesta illa i que tots dos em varen saber transmetre. Aquest és un sentiment profund que voldríem que féssiu arribar als vostres conciutadans davant la impossibilitat de fer-ho nosaltres personalment, com seria el nostre desig», expuso Felipe de Borbón en un más que correcto catalán.