Ciutadella salió a la calle en masa en la que fue, hasta el
momento, la bienvenida más calurosa ofrecida a los PrÍncipes desde
que iniciaron su recorrido por el Archipiélago. Más de 6.000
personas ocuparon las calles del centro de la ciudad, donde la
ilustre pareja había llegado pasadas las 19.30 horas. Don Felipe y
doña Letizia fueron recibidos por las autoridades en el Passeig del
Born. La Princesa salió del coche oficial a ritmo de fandango
menorquín con un nuevo modelo. Para la tarde-noche, eligió, también
por primera vez en este viaje, un conjunto de pantalón, negro y
tobillero, combinado con chaqueta a rayas horizontales en gris y
blanco. Su atuendo ofreció más novedades. La princesa, que calzaba
zapatos abiertos por detrás y con tira, en negro y blanco,
sorprendió con unos tacones unos centímetros más bajos de lo que es
habitual en ella, ¿será que el cansancio de este viaje maratoniano
comienza a hacer mella?
La primera parte del recorrido fue, como en Maó, un baño de
multitudes por la calle Major del Born, en el que no faltó una
veintena de jóvenes con una bandera republicana. Don Felipe y doña
Letizia saludaban a los miles de personas que se habían concentrado
para disfutar de su recorrido, estrechaban manos, recibían piropos,
y la princesa se detuvo unos minutos a charlar con una simpática
abuela de más de 90 años llamada Magdalena. La anciana, con una
reciente operación de cadera, se había sentado en primera fila y
recibió el cariño de doña Letizia. Caminando muy despacio, la
pareja, seguida de las autoridades, llegó hasta la Catedral, frente
a la que posó. En su interior, les esperaban los integrantes de la
Coral de la Capella Davídica, el famoso grupo local de donde surgió
la voz del famoso barítono Joan Pons. Los cantores les
interpretaron una nana.
A las 20.15 horas, el público continuaba esperando en el
exterior del templo la salida de los Príncipes, que lo abandonaron
por una puerta lateral para continuar a pie hasta el Claustre del
Seminari, un precioso edificio en cuya capilla, que ya no tiene uso
religioso, se ofrecen numerosos conciertos. El paseo fue tan
multitudinario como el anterior. Allí, bajo una decoración de
frescos barrocos, y sobre un suelo de preciosas y antiguas baldosas
hidráulicas, fueron recibidos por una representación de la sociedad
civil integrada por 300 personas.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.