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Se espera que hoy, cuando a eso de las siete de la mañana iniciemos el Camino, siga el buen tiempo, de lo contrario, da lo mismo, los treinta y tantos kilómetros a pie no nos los quita nadie. Aunque sea bajo un chaparrón. En total habrá unos ciento cincuenta mallorquines, o residentes en Mallorca, en la aldea del Rocío. Unos, la mayoría, hermanos de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Palma, que se hospedan en dos casas que tiene ésta en la aldea almonteña, más otros cincuenta que se cobijan en otras dos casas situadas en los alrededores.

Ayer fue una jornada más o menos tranquila, en la que, a poco de llegar nos tuvimos que acreditar, más que nada para conseguir un pase que nos permitiera entrar y salir del poblado con el coche cuando nos fuera bien, porque de lo contrario, o no entras o si entras no sales hasta el próximo lunes. Por cierto, llamaron poderosamente la atención los precios de los aparcamientos de este año. Doce euros para los coches normales y 20 para autocares. Se calcula que en estos días aparcarán alrededor de trescientos mil, así que hagan sus propias cuentas. El Rocío es una devoción, pero no exenta de su parte de negocio, como casi todo.

Bien. Ayer, tras el almuerzo, pasamos el rato en la terraza de la casa de Muñoz y Pavón, a la entrada del Rocío, unos charlando, otros cantando y otros palmeando hasta que se hizo la hora de partir con dirección a Palma del Condado, donde por la noche las Hermandad palmesana asistió a misa en acción de gracias junto con la hermandad de esta localidad que es su madrina. Para hoy, antes de comenzar el camino, están previstos dos actos: la misa, sobre las siete de la mañana y, a continuación, una procesión. Se comenzará a caminar alrededor del Sinpecao de la Hermandad palmesana, sobre las nueve, y está previsto llegar a la aldea alrededor de las ocho de la tarde tras hacer una parada en El Pastorcito, para almorzar y, antes, hacer un donativo a la residencia de deficientes que hay en aquel lugar. Dos peregrinos harán el camino vestidos a la usanza mallorquina, portando la bandera de Mallorca. Como cada año, Juan Antonio Torres Navarrete preside la comitiva en su condición de presidente de la Hermandad. José Marí Martín Pascual sigue siendo el alcalde mayor de carretas, es decir, el encargado de que no falte nunca comida, y Tomás Feliu Amengual -tío de la diputada Carme Feliu- es el pater de los peregrinos en sustitución de su hermano, Sebastián, también jesuita. Aparte de esta novedad, hay que señalar que el presidente de la Casa de Andalucía de Balears se ha sumado a este peregrinación al Rocío. Asegura Torres Navarrete, que el próximo año estará aquí el obispo de la diócesis, Jesús Murgui, y el presidente de la Comunitat, Jaume Matas.

Pedro Prieto