Los príncipes de Asturias cerraron ayer una maratoniana visita
oficial a Balears con una no menos intensa recepción en sa Llonja
de Palma a la que asistió una amplia representación de la sociedad
civil. Don Felipe y doña Letizia cerraron su viaje de 106 horas por
tierras balears con un acto al que asistieron casi 900 invitados,
desde cónsules de distintos países, representantes sindicales,
empresarios, políticos pasando por deportistas y políticos, en un
amplio abanico de la sociedad civil.
El president del Govern, Jaume Matas, actuó como anfitrión en
una velada que comenzó a animarse socialmente cuando acabaron los
discursos oficiales del Príncipe y del president del Govern. Al
término del acto institucional, don Felipe y doña Letizia salieron
al patio del Consolat de la Mar donde dieron la mano a todos y cada
uno de los invitados.
En un acto tan inusual para los ciudadanos de las Islas, tan
poco dados a exteriorizar cualquier cosa que haya que exteriorizar,
pocos se atrevieron a realizar la reverencia a los príncipes de
Asturias. En cualquier caso, todos los invitados agradecieron poder
salir al patio de sa Llonja para hacer el besamanos porque el calor
en el interior del edificio gótico era tan intenso que más de uno
temió por una posible indisposición de la Princesa.
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