«Es un drama intelectual conjugar religión y ciencia, transmitir a
la sociedad que un grupo de científicos puede mostrar interés por
algo que tiene que ver con la religión; un valor en descenso y con
un componente algo casposo», afirmó ayer el historiador Pere
Fullana en la primera jornada del VII Simpòsium d'Història Social
de la Religió que se celebra en Palma.
Fullana, experto en Historia de la Religión, que participó en el
encuentro con la ponencia El Catolicismo social en España, afirmó:
«La sociedad no puede ser interpretada globalmente si deja al
margen la religión que, también, debe ser analizada con los mismos
criterios y rigor que cualquier otro aspecto de nuestra historia.
Además, la religión tiene más importancia de la que le damos; es
algo que hemos visto con la muerte del papa Juan Pablo II y las
manifestaciones que suscita la elección de Ratzinger».
Fullana lamentó la «desinformación general» que hay en nuestra
sociedad, tan «secularizada», en cuanto a fenomenología religiosa:
«Cuesta mucho hacer entender a los alumnos la importancia de
ciertos aspectos de nuestro pasado que no se entienden sin el
conocimiento de la religión».
El simpósium está organizado por el Bisbat de Mallorca y el
Departament de Ciències Històriques de la UIB y tiene como objetivo
analizar la sociedad mallorquina de la primera mitad del S.XX y
estudiar la figura de la poetisa Francesca Alcover, pendiente de
canonización.
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