La Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias
(SEMES), clausuró ayer en Palma el XVII congreso nacional, al que
han asistido cerca de 2.500 profesionales. Estos expertos coinciden
en la necesidad de estructurar, en esta legislatura, la
especialidad médica de urgencias.
Desde 1995 el único requisito para trabajar en urgencias es
tener una especialidad médica. Urólogos, oftalmólogos,
traumatólogos; cualquier especialista puede trabajar en urgencias y
emergencias. Sin embargo, «¿es correcto que un cardiólogo atienda a
un paciente que sufre un cólico nefrítico? Por otra parte, ¿hemos
calculado alguna vez cuántos especialistas caben en una UVI-Móvil y
a cuáles elegimos? Algunas sociedades científicas son partidistas
y, como tales cuestionan la necesidad de esta especialidad. Saben
que hay comer, y cuando un médico no encuentra trabajo en lo suyo
siempre tiene urgencias; lo que nadie quiere», afirmó Luis Jiménez
Murillo, presidente de SEMES.
«Urgencias es el cajón de sastre de todos los hospitales de
España. Los profesionales nos enfrentamos a la enfermedad del
paciente y, a nivel interno, a un grave déficit», afirmó Mercedes
Coello, médico y diputada socialista.
«Lo que subyace es la falta de respeto al paciente. El enfermo
tiene derecho a ser atendido con un criterio y es el Gobierno quien
lo ha de promover», apuntó José Luis Casado, secretario de
Relaciones y portavoz de SEMES.
«Lamentablemente, en la actualidad, la norma general ni tan
siquiera define cómo debe ser la zona de urgencias; en qué lugar
del hospital se debe ubicar, cuáles son los requisitos y la
formación de todo el personal, desde las enfermeras a los
administrativos. ¿Sabe un oculista inmovilizar una muñeca rota
cuando llega a urgencias? Lo cierto es que a base de ver pacientes
aprendes, pero la autoformación no es el camino», remató Jiménez
Murillo.
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