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L.T.
La Policía Local de Palma se volcó la noche del viernes en la vigilancia del Passeig Marítim, en donde llegaron a realizar hasta 72 controles de alcoholemia, además de velar porque se cumplieran las ordenanzas municipales en la zona del «botellón».

Por lo que respecta a la Policía Local, la noche del viernes se saldó con seis denuncias por incumplir las ordenanzas municipales, es decir, por ensuciar o hacer ruido con el «botellón»; otras tres denuncias por orinar en la vía pública; tres más por desacato a la autoridad policial; otra denuncia por negarse a enseñar el permiso de conducir; y se levantó un acta por tenencia de un arma ilegal (una pequeña navaja).

Los habituales de la zona se vieron algo sorprendidos por el despliegue policial, que también se dejó ver en otra zona de marcha de Palma, en la plaza de Gomila.

Cuatro unidades de la Policía Local y dos patrullas de la Autoritat Portuària controlaron el Passeig en sus respectivos ámbitos competenciales, pese a las dudas que todavía existen sobre las actuaciones policiales en la acera más próxima al mar.