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Las empresas de chárter náutico, tanto de recreo como de lujo, domiciliadas en Balears denuncian que el tratamiento fiscal que recibe esta actividad está limitando su desarrollo en las Islas en favor de otros destinos de la cuenca del Mediterráneo, según afirma la Asociación de la Pequeña y Mediana Empresa Náutica de Mallorca (Pimem) y empresas asociadas a la Asociación Provincial de Empresas Marítimas de Balears, APEAM.

Las empresas denuncian que cuando actúan como «brokers» y alquilan embarcaciones a terceros que no son de su propiedad, aunque procedan de países de la Unión Europea y cuenten con licencia y seguros en regla, están obligadas a pagar un impuesto de matriculación equivalente al 12 por ciento del valor del barco cuando salió del astillero, circunstancia que no se produce en ningún otro país europeo y que limita las posibilidades de negocio en las Islas.

Esta situación afecta especialmente a las embarcaciones de lujo, de entre 24 y 70 metros de eslora, dado que las empresas de Balears que las ofertan no tienen ninguna en propiedad y deben alquilarlas a propietarios extranjeros. «Tenemos barcos europeos avalados en sus países que no pueden hacer chárter en España porque les obligan a pagar el impuesto de matriculación. Si una embarcación de este tipo cuesta 10 millones de euros, tendría que pagar 1,2 millones de euros para operar en España, por lo que nos resulta imposible atender a las solicitudes que nos realizan para navegar en Balears», afirma Marta Iglesias, directiva de la empresa asociadas a APEAM Koch Newton&Partner.

Fuentes del sector explican que en Balears sólo existen tres empresas de chárter de lujo, las cuales alquilan a sus clientes grandes embarcaciones a precios que oscilan entre 30.000 y 400.000 euros por una semana. Afirman, no obstante, que los impedimentos fiscales afectan a todos los «brokers» del mundo que quieran hacer chárter en aguas de las Islas dado que comparten la mayor parte de la flota, salvo que consigan contratar a alguna de las diez embarcaciones de más de 25 metros con bandera española y licencia de chárter que están operativas. «Enviamos a nuestros clientes a Italia, Francia u otros países donde nuestra actividad, que genera un turismo de alta calidad, no está penalizada», afirma Marta Iglesias.