Matas y Cabrer, en el tren turístico en que recorrieron el paso que une Son Fuster y Son Castelló. Foto: SEBASTIÀ AMENGUAL
Los trágicos accidentes de tráfico que están registrando las carreteras de las Islas este verano planearon ayer en el acto de inauguración del tercer carril de la autopista de Inca habilitado desde la Vía de Cintura al centro comercial Alcampo. La tercera infraestructura viaria inaugurada por el Govern en menos de dos meses incluye también un paso superior que une por primera vez los polígonos industriales de Son Fuster y Son Castelló y sendas rotondas que facilitan los accesos a la vía rápida y duplican, además, los accesos a Palma. En la actualidad, por este tramo de la autopista circulan 82.000 vehículos diarios y la ampliación permitirá absorber un tráfico de 90.000 vehículos por sentido. El proyecto ha costado 10,1 millones de euros y, además, se ha elevado a 5,30 metros el gálibo del puente de Son Cladera, lo que permitirá el transporte de mercancías especiales.
La preocupación que existía al final de esta obra era la manera en que iba a afectar la construcción del metro en el tráfico de este tramo de la autopista de Inca. La consellera d'Obres Públiques, Mabel Cabrer, anunció ayer que no habrá interferencias ya que se aplicará un sistema de colocación de pilones horizontales y no verticales como en el resto del trazado. En este tramo la obra será subterránea, al contrario que el resto que se hace a cielo abierto. Más conflictiva será la obra en Vía Asima, que comenzarán el 15 de agosto, donde los carriles de circulación se verán afectados, aunque se reemplazarán por otros. En este tramo se construirán cuatro estaciones de metro.
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