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Jaime Mora, profesor de la Escola d'Arts i Oficis, encarna la tercera generación de una familia mallorquina dedicada a la manufactura de alfombras de nudo y tapices. Tapices Mora fue creada por el abuelo de Jaime, Cristòfol Mora, a finales del siglo XIX y continuó con su hijo, también llamado Jaime. Todo ello no sería nada extraordinario si no fuera porque la manufactura de alfombras y tapices con el repuntado tradicional mallorquín está a punto de desaparecer. Todo ello porque Jaime se vio obligado, el pasado diciembre, a desalojar su taller del Poble Espanyol. Desde entonces no ha podido retomar la actividad de toda su vida.

Jaime explica que «Tapices Mora fue en su momento la empresa más representativa de Balears en la fabricación de alfombras y tapices, pero en los últimos años ya éramos la única. Durante casi tres décadas estuvimos trabajando en el Poble Espanyol hasta que, con el cambio de titularidad del recinto, a todos los artesanos 'se nos invitó' a partir. Éramos la última empresa de las Islas que hacía alfombras de nudo con el tradicional repuntado mallorquín. En España no son muchas más las que se dedican a esta labor, y eso incluye la Real Fábrica de Tapices».

Jaime Mora se vio desamparado, con excepción del apoyo de la Associació d'Artesania Balear, para reiniciar la actividad, y pidió ayuda al Govern. Fires i Congressos le ha dejado una nave industrial en el municipio de Llucmajor para poder tener almacenados los antiguos telares, todos ellos con más de cien años de antigüedad, pero eso no basta: «Para que mi oficio no desaparezca, he planteado al president del Govern, Jaume Matas, y al conseller de Comerç i Indústria, Josep Juan Cardona, la creación de un museo-taller para que no se pierda la manufactura del repuntado tradicional mallorquín, enseñar a los jóvenes que se interesen por esta labor y desarrollar actividades de museo relacionadas con esta artesanía. No he recibido una respuesta concreta, pero hemos quedado en hablar de ello próximamente».

Jaime Mora explica que «en el Poble Espanyol contaba con unos 600 metros cuadrados de taller y otros 500 para el almacén y los tintados. Ahora no pido tanto. He pensado en el antiguo cuartel de Intendencia, junto al Socors, para cuando esté rehabilitado. Hablé con la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, sobre la posibilidad de instalar los telares en el Passeig de l'Artesania, pero el espacio disponible es demasiado pequeño».