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El máximo responsable de la Fundación Campaner, Josep Campaner, recién llegado de Africa hizo ayer un llamamiento a las «grandes» ONG para que actúen en la zona más pobre de Níger, donde trabaja la organización.

Campaner explicó la «desesperada situación» de la región, fronteriza con Chad y Nigeria, debido al hambre y a las enfermedades como la noma infantil, que es la que combate la fundación, y otras patologías.

El presidente de la Fundación Campaner acompañado por su esposa, Marilena Navarro y la directora general de Cooperació del Govern balear, Magdalena Contestí, además de un joven de Níger y varios representantes de la fundación, explicó que sólo hay tres ONG instaladas en la zona más necesitada del segundo país más pobre del mundo, una zona en la que hacen falta «más de 450 pozos» para paliar la escasez de agua, «allí no se come ni verdura ni fruta», especificó y añadió que cada día «mueren cuatro o cinco niños por malnutrición», lo que, según Campaner, «no quiere sólo de hambre».

Campaner, que acaba de llegar de la región donde piensa volver el 5 de septiembre, matizó que organizaciones como Unicef, Cáritas y Médicos Sin Fronteras llevan eventualmente camiones cargados de alimentos a la zona, que este año padece un «ola de hambre especialmente grave» debido a la pérdida de cosechas por la demora de la temporada de lluvias.

El presidente de la fundación concretó que lo que hace falta son «proyectos estructurales a largo plazo» que sirvan para que los habitantes de los poblados aprendan «maneras de sobrevivir» y no sólo realizar actuaciones puntuales.