Ayer se celebró en la isla de Cabrera la suelta de tortugas que
cada año en verano organiza Marineland. En esta ocasión el
president Jaume Matas, la ministra de Medio Ambiente, Cristina
Narbona; la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, y el conseller de
Medi Ambient, Jaume Font, fueron los cargos públicos invitados a
esta suelta simbólica.
El objetivo de este evento es sensibilizar al público de lo
importante que es respetar el medio ambiente. Según palabras de
Gloria Fernández, \132 coordinadora de la fundación «todos podemos
ayudar a estos animales sí dejamos de tirar nuestra basura al
mar».Tres tortugas de la especie caretta caretta fueron devueltas
al mar. La primera de ellas, de nombre «Na3», fue llevada al mar
por el president y la ministra. Esta tortuga había sufrido la
amputación de una de sus aletas porque la tenía enganchada una
anilla. «El único problema que puede tener es a la hora de la
reproducción, pero por ahora no sabemos si es macho o hembra» nos
explicó uno de los especialistas de Marineland.
La segunda en ser devuelta al mar de manos de la alcaldesa y
Gloria Fernández. «Cher» es una tortuga de 24 kilos que ha tardado
casi dos años en recuperarse de una operación en la que
consiguieron sacarle un anzuelo de palandre del intestino. La
tercera de las tortugas, «Paula», tenía un anzuelo clavado en el
paladar y cuando la encontraron era la más grande de las tres. La
anécdota de la mañana la puso la propia ministra que apareció con
pantalones vaqueros largos y una chaqueta blanca de manga larga,
mientras que el president iba de lo más deportivo. Narbona no tardó
en quitarse la chaqueta y arremangarse los pantalones cuando
comprendió que iba a mojarse enterita.
María José Guirao
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