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Vecinos de Son Oliva denunciaron ayer, otra vez, que las grúas municipales abandonan coches en las calles de su barrio: «Sobre todo cerca del colegio público de Son Oliva», situado en la calle Tomás Luis de Victoria. Comentan los vecinos que ha sido la propia policía la que les ha dicho que ahora hay más de 30 coches abandonados. Asimismo, aseguran que la dirección del centro escolar también ha protestado por esta práctica.

Un vecino de Son Oliva paseaba a su mascota la semana pasada cuando la grúa municipal abandonó otro coche delante de él: «No teneis vergüenza», le dijo al conductor. «En menos de tres minutos de reloj aparecía una furgoneta de intervención inmediata de la Policía Local y una patrulla motorizada. Fue entonces cuando varios vecinos se sumaron a la protesta mientras los agentes reclamaban la documentación y después se justificaban diciendo «sólo hacemos nuestro trabajo», «son órdenes», contaban ayer quienes fueron testigos de lo ocurrido.

Esta historia, de largo recorrido, ya que hace años que los vecinos se quejan y reclaman que el Ajuntament no «ensucie» ni «degrade» Son Oliva, está llena de episodios «espeluznantes». Como ya publicó este periódico el pasado agosto y recordó ayer Vicente, un vecino de la zona: «La propia grúa municipal abandonó un coche con varias dosis de drogas en su interior a la vista, restos de jeringuillas y cuatro multas en el parabrisas, en la misma esquina donde las Navidades pasadas predieron fuego a otro vehículo abandonado por las grúas municipales poniendo en peligro el edificio cercano y los vehículos colindantes propiedad de los vecinos», continúa Vicente.

La historia se repite, apuntaban otros vecinos reunidos ayer para denunciar los hechos: «Primero llamamos a Emaya, luego al Ajuntament, después a la Policía, a Medi Ambient, y vuelta a empezar... Al final llega lo que no queremos».