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El pleno del Consell de Mallorca aprobó ayer ampliar la incineradora para quemar hasta 170.000 toneladas más de basura al año y suprimir un área que en la actualidad se utiliza como vertedero para los residuos que no pueden quemarse y que ocupan una extensión de 301.000 metros cuadrados en los terrenos de Son Reus. PP y UM votaron a favor de la revisión de la modificación del plan de residuos, el PSOE se abstuvo y PSM y EU-Els Verds se opusieron.

El conseller de Cooperació, Miquel Riera, justificó la decisión de ampliar la incineradora y recordó que en un plazo de dos años la institución insular estará obligada a cerrar el vertedero. «Lo que no puede quemarse ahora acaba en el vertedero», recordó Riera. La portavoz de EU-Els Verds, Margalida Rosselló, dijo que el acuerdo que proponía el Consell significaba «un paso atrás a nivel medioambiental», mientras desde las filas socialistas, el conseller Manel Suárez destacó que la propuesta suponía «reconocer el fracaso del plan de residuos del año 2000». Catalina Cañellas, del PSM, fue contundente a la hora de valorar la iniciativa del Consell. «Este plan es una tomadura de pelo, un gasto innecesario e insostenible», acusó.

«El problema es real y no podemos darle muchas vueltas. Hemos de ampliar la incineradora o abrir un nuevo vertedero, pero la incineración es un sistema aceptado en toda Europa», defendió Riera, quien recordó que el plan de residuos del 2000, que calificó de «fracaso», fue aprobado cuando Margalida Rosselló era consellera de Medi Ambient. Rosselló justificó que era un plan del Pacte de Progrés y recordó a UM su parte de responsabilidad al no saber aplicar el plan desde el Consell de Mallorca.