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Las nuevas autorizaciones para extraer aguas de pozos tendrán a partir de enero una condición indispensable: los propietarios de los pozos deberán cubrirlos con hormigón o cemento para evitar que se produzcan problemas de contaminación entre los acuíferos.

Es una de las medidas que recoge el proyecto de ley de acompañamiento de los presupuestos generales de la Comunitat para el año que viene.

El conseller de Medi Ambient, Jaume Font, explicó que esta exigencia pretende evitar problemas como los surgidos en Santa Gertrudis (Eivissa), donde varios acuíferos quedaron gravemente contaminados debido a una filtración de gasolina que, por medio una veintena de pozos, se fue extendiendo de unos a otros.

El conseller explicó que se trata de una medida pionera en España, ya que Balears es la primera comunidad que regula una actuación de este tipo. El proyecto de ley establece un régimen de sanciones que puede ir desde 6.000 a 600.000 euros de multa en función de la gravedad del incumplimiento realizado.

Otra de las novedades de este régimen sancionador, según explicaron desde la Conselleria de Medi Ambient, es que se considerará infractor tanto al propietario del pozo como el ingeniero o al director encargado de realizar la obra de hormigonado. La responsabilidad de una posible sanción caerá en ambos, por lo tanto.