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A finales de la pasada semana resultaba ya totalmente imposible reservar mesa en alguno de los cellers de Inca para la noche del Dimecres Bo, y es que la fama de la jornada previa a la Feria grande ha ido pasando de boca en boca en los últimos años y son miles los jóvenes llegados de toda Mallorca dispuestos a vivir el que se conoce como el Dimecres Bo.

Desde primera hora de la tarde comienza a caldearse el ambiente y ya son muchas las personas que pasean por las principales calles de Inca donde todo está listo para la jornada de hoy. El paseo por la tarde del Dimecres Bo es mucho más fácil, con menos aglomeraciones y sirve para caldear el ambiente y hacer las primeras compras (las plantas, por ejemplo, estaban expuestas desde por la mañana). Por eso son muchas las personas de la comarca que adelantan un día su visita a la feria.

La inauguración oficial del Dijous Bo a cargo de las autoridades municipales se celebró ayer entre nervios a las 17.30 horas dejando tiempo a un paseo previo a la obligada visita a la pasarela de la piel que este año se adelantó también del jueves al miércoles lo que supone un reclamo aún mayor de gente.

La mayoría de restaurantes de la ciudad hacen el Dimecres Bo dos turnos de cenas a las 20 y a las 22 horas para aprovechar al máximo la demanda popular y es que Inca se queda pequeño para acoger a la cantidad de personas que llegan hasta la capital del Raiguer atraídas por la fama de su noche de fiesta.

A medianoche, una vez reposada la cena, miles de personas salen a la calle para participar en el tradicionacorrefoc que da el pistoletazo de salida para la noche grande. Desde ese momento la calle se convierte en una gran barra donde los jóvenes celebran la víspera de la Feria grande de Inca, una fiesta que se prolonga hasta el amanecer.

Lo que sí se echó en falta anoche fue un servicio de trenes extraordinario que permitiera a los jóvenes disfrutar con mayor seguridad de la noche de fiesta y es que los jóvenes llegados de otros pueblos de Mallorca no tenían más remedio que empalmar la noche y el día o bien conducir sus vehículos una vez acabada la fiesta.

Elena Ballestero