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«Oficialmente no he recibido ninguna carta a mi nombre, aunque sé que existe un documento dirigido a los presidentes de las asociaciones sectoriales. Entre los que han firmado, existen seis o siete asociaciones que deben cuotas a PIMEM y otras que pensaban que estaban solicitando una reunión para debatir la situación de la federación, según me han confirmado algunos de sus presidentes», afirmó ayer el presidente de PIMEM, Francesc Horrach.

Cabe recordar, tal y como adelantó el miércoles Ultima Horaque un total de 29 asociaciones sectoriales han firmado un documento por el que exigen la dimisión del presidente, Francisco Horrach, de la vicepresidenta, Margarita Dahlberg, y de la tesorera, Manela Camps, un texto que fue registrado ayer en la sede de la federación patronal por una representación de los opositores.

El presidente de PIMEM, quien manifestó su intención de convocar una junta directiva antes de finalizar el mes de noviembre y una asamblea general en diciembre, acusó de nuevo a miembros históricos de PIMEM de no aceptar el cambio de modelo que él está impulsando en la federación. «Ellos hablan de incumplimientos estatutarios pero el que incumple su trabajo como asesor mío y por el que cobra de la federación es Josep Capó (ex secretario general de PIMEM y ahora secretario general de PIMECO). Espero que sea él quien pida el finiquito y se vaya de la federación», afirmó Horrach.

El presidente de PIMEM remarcó que algunos dirigentes «que históricamente han mandado en la federación no aceptan que ahora sea el comité ejecutivo quien tome las decisiones». A este respecto, se refirió al entorno de Pimeco y, en menor medida, a la de la asociación de Industria.

Horrach añadió que tras acceder al cargo a principios del 2004 encontró «cosas muy desagradables» de la etapa previa bajo «la alfombra» y apuntó que quienes piden su dimisión tratan de evitar que las haga públicas.

Por otra parte, dirigentes de asociaciones opositoras a acusaron ayer a la vicepresidenta de PIMEM, Margarita Dahlberg, de coaccionar a un presidente opositor y de impedir que el personal de la federación registre ningún documento que no sea original o compulsado por un notario.