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R.G.
La Secretaría de Estado de Turismo recomienda a Balears que «seleccione» mejor los turistas que llegan para pasar las vacaciones. Esta es una de las soluciones que se proponen en un estudio sobre la explotación del «todo incluido» en Mallorca. El análisis se inició en las zonas de Cala Ratjada y Cala Millor, y posteriormente se extendió a toda la Isla con resultados similares. La primera parte del documento asegura que la implantación del mencionado modelo de comercialización «se ha llevado a término principalmente durante los dos últimos años». En este sentido, se señala que, y hablamos de habitaciones, el 33 por cien de las existentes en Cala Millor y el 26 por cien de Cala Ratja se venden con todo incluido.

El estudio vincula este sistema en una reducción de los beneficios hoteleros y en un bajón significativo de «le calidad y el poder adquisitivo de los turistas. Sin embargo, el análisis afirma que el «todo incluido» ha si «la gota he hecho derramar la taza y ha generado que esta situación de deterioro no afecte sólo el hotelero, sino todos los subsectores que viven de la actividad del turismo». El informe continúa advirtiendo que «al ofrecerse un producto de calidad muy bajo» se han reducido los beneficios de la oferta complementaria y «el perfil del cliente ha pasado del turista familiar, respetuoso con el destino, al del turista joven que llega con el objetivo de estar de fiesta las 24 horas del día».

Por todo lo anterior, el Gobierno central recomienda a Balears que abandone el modelo turístico basado en el modelo de comercialización del incluido y aposte por «la excelencia y por establecer un modelo selectivo en las llegadas». Algunos de los contenidos del estudio fueron comentados ayer por el ex conller de Turisme y diputado del PSIB-PSOE, Celestí Alomar, quién anunció que precisamente hoy su grupo parlamentario interpelará al Govern sobre la proliferación del «todo incluido» y que actúe de forma urgente. En su opinión, el Ejecutivo de Matas «no hace nada» ante la proliferación de este sistema de comercialización y, bien al contrario, «se dobla a las imposiciones de los touroperadors».