TW
0

El contingente formado por cerca de 200 soldados de Balears que a partir de enero, y hasta abril de 2006, liderará una misión de paz en Bosnia-Herzegovina no podrá emplear las armas que ahora disponen para repeler agresiones en ese país. Sí, en cambio, la fuerza balear contará con una instrucción específica y material antidisturbios para ayudar a las fuerzas del orden, cuestión que se enmarca en una nueva política de actuación que seguirán las Fuerzas Armadas en las zonas conflictivas. Así se expresó ayer en Palma el jefe del Estado Mayor del Ejército, José Antonio García González, en el transcurso de una rueda de prensa que ofreció en el Palau de l'Almudaina para informar sobre la reunión celebró el Consejo Superior del Ejército en la capital balear. Las fuerzas que viajan a Bosnia reciben una adiestramiento especial para que sepan cuál son los procedimientos de actuación. En un momento determinado, sí saben hacer bien las cosas y disponen de los medios adecuados, podrán cumplir su cometido, pero siempre como apoyo a las fuerzas de seguridad. No vamos a crear unidades especial de policía porque sería entrar en otra actuación, pero sí tendremos que saber cómo actuar en casos específicos», explicó.

En todo caso, García González quiso dejar claro que en la actualidad, pese a los «odios» que perviven en estado «latente» entre los diferentes pueblos que conviven en Bosnia y que «en un momento puede saltar», «no hay un gran peligro en esa zona» y «la estabilización es fácil», dijo. Comentó que durante la reunión del Consejo Superior del Ejército (CSE) los mandos de las Fuerzas Armadas que lo integran analizaron, como cada mes, los problemas de lo que definió como «una empresa» que «tiene 75.000 trabajadores» desplegados «en todo el mundo», con el fin de asesorar a la cúpula del Ministerio de Defensa. El CSE está compuesto por los generales jefes de la Fuerza de Maniobra, Terrestre y Logística Operativa, así como los tenientes generales jefes de los Mandos de Apoyo a la Fuerza y los tenientes generales del Ejército de Tierra en servicio activo.

La reunión de Palma obedece a los dos encuentros al año que el Consejo mantiene fuera de Madrid, para visitar las distintas comandancias españolas y analizar sus problemas en el sitio. Durante su encuentro con los medios de comunicación, el jefe del Estado Mayor reivindicó el carácter del Ejército español de «herramienta útil», que le ha valido la «aceptación» de la sociedad, según opinó, y que se basa en el condición de los militares de «exportadores de un bien poco palpable, que es la seguridad». Por otra parte, García González se refirió al Estatut de Catalunya y reiteró que el Ejército no tiene «nada» que decir, aunque dentro de la institución, pueda haber personas que expresen su opinión de forma individual. García González también reivindicó la necesidad de que el Ejército colabore en la lucha contra el terrorismo, «principal amenaza del mundo», y en el control de las migraciones masivas, como ocurre en Ceuta y Melilla, aunque descartó constituir unidades policiales dentro de las Fuerzas Armadas, porque supondría asumir competencias ajenas.