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Las celebraciones de Sant Antoni, arraigadas fuertemente en la Part Forana mallorquina, este fin de semana han llegado a su fin con la celebración de las tradicionales beneïdes en honor del Sant Patró en municipios como Campos y Felanitx.

En Campos, poco antes de las cuatro de la tarde los xeremiers abrían la comitiva de más de un centenar de grandes y pequeños que se acercaban tirando de o tirados por sus mascotas. Como dice la glosa, «tant si és de pèl com de ploma», en Campos se reunieron perros, gatos, cabras, ovejas, canarios, tortugas, perdices y palomas. Después de las beneïdes de las mascotas fue el turno de los caballos y carruajes, que también quisieron participar en la fiesta campanera. Al final del desfile, las carrozas y las comparsas con alusión a Sant Antoni y edimoni cerraban la fría y ventosa bendición.

En Felanitx el frío y el viento fue el mismo, pero, aun así, en las dos poblaciones las calles se llenaron de gente para disfrutar de las beneïdes. En la localidad del Llevant, las beneïdes estuvieron organizadas por el Centre Cultural y la agrupación s'Estol des Gerricó. Una evocación a la payesía en una fiesta con carrozas, comparsas y centenares de animales que fueron traídos hasta la plaza de la Font de Santa Margalida, donde el rector Llorenç Lladó empezó la bendición después del «Visca Sant Antoni i Visca Felanitx».

J. S. / G. V.