Era sólo el inicio de una larga jornada de lágrimas, abrazos,
muestras de dolor y, sobre todo, incredulidad y consternación entre
la clase política municipal e insular, que se había visto azotada
por la pérdida de uno de sus representantes.
Miquel Riera falleció en su piso junto a la plaza de sa Bassa, a
las cinco de la madrugada del martes, como consecuencia de un paro
cardíaco. Los familiares llamaron a la Policía Local que acudió al
domicilio acompañado de una ambulancia. El médico sólo pudo
certificar la muerte del actualmente conseller de Cooperació Local
del Consell y jefe de la oposición por ALM-UM en el Ajuntament de
Manacor.
Desde primeras horas de la mañana, los familiares, amigos,
conocidos y gente del mundo de la política y la sociedad manacorina
y de todos los puntos de Mallorca, acudieron al domicilio de los
Riera para dar el pésame a la familia. La estrecha calle Francesc
Gomila donde se encuentra la entrada a la finca era un constante ir
y venir de gente y de furgonetas de floristerías de Manacor. Las
coronas y ramos de flores colapsaron el piso y la entrada del
edificio.
Paralelamente, en el antiguo y el nuevo Ajuntament de Manacor,
las banderas ya ondeaban a media asta con un crespón negro en la
bandera de la ciudad que decretaba dos días de luto institucional.
Un luto que también fue decretado en el Consell de Mallorca.
La muerte de Riera, cogió a todos por sorpresa. Su juventud, su
talante tranquilo, su saludable aspecto, su alegría... nada hacía
presagiar un final tan inesperado.
Lo corroboraba Antoni Pascual, conseller d'Obres Públiques y
colega de Riera en el Consell, donde el lunes había celebrado un
pleno hasta entrada la noche. «Estuvimos hasta las nueve de la
noche entre risas y bromas... no lo entiendo», comentaba Pascual,
quien junto al director insular d'Urbanisme, Gonzalo Aguiar, fue
uno de los primeros en acudir al piso de Riera.
Les siguieron el secretario general de UM, Damià Nicolau; el
alcalde de Porreres, Joan Sastre y diferentes cargos del gabinete
que dirigía Miquel Riera. Minutos más tarde, llegaba la compungida
cúpula de Unió Mallorquina. Maria Antònia Munar, Bartomeu Vicens,
Miquel Nadal, Miquel Àngel Flaquer, Francesc Buils, Dolça Mulet y
Miquel Àngel Borràs dieron el pésame a la familia.
Todo ello se hizo aún más evidente en los exteriores del
cementerio municipal de Son Coletes donde a las cuatro de la tarde
fue conducido el féretro con los restos mortales de Miquel Riera.
Allí, se agruparon centenares de personas de Manacor y de toda la
Isla que no quisieron perder la ocasión de decir el último «adiós»
al ex alcalde.
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