Los artesanos llevaron a cabo demostraciones de su trabajo frente al público.

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Como no podía ser de otro modo, la jornada del Dia de les Illes Balears vivida ayer en Palma, en los alrededores del Consolat de la Mar, fue un completo éxito, sólo la lluvia caída a media tarde enturbió el día festivo. Como en años anteriores, el mercado temático y su entorno, fueron la estrella, aunque hubo más cosas que ver y disfrutar.

A poco de abrir sus puertas invisibles, la plaza de la Drassana, calle de la Llotja del Mar -casi imposible de atravesar- y plaza de la Lonja se vieron muy concurridas. Gente de todas las edades; incluso bebés en su cochecitos, empujados, como podían entre tanto gentío, por sus madres. Fiesta de calle, con numerosos alicientes: exposición de fotografías del Dia de les Illes Balears, en el patio de la Conselleria de Presidència i Esports, sobre rasgos y raíces que tienen que ver con nuestra identidad; un magnífico mercat temàtic, inspirado en los del siglo XIX, salpicado de casetas en las que artesanos no paraban de hacer demostraciones de sus oficios, como los mestres d'aixa, encordado de sillas, confección y toque de zambomba, confección y manejo de hondas, picado de piedra, etc.; o artesanos que venden productos típicos de las Islas, como sobrasadas, botifarrones, miel, cocas de todo tipo, pa pagès, panades, detergente biológico, olivas, quesos, reposteria variada, siurells, etc.; presencia de personajes de aquella época, así como de grupos de animación que, además, invitan a la gente a tomar parte de la fiesta. Asi, una hora, y otra y otra hasta que a media tarde empezara a llover, aparecieran los paraguas, y menguara el flujo de visitantes. La Diada no olvidó a los más pequeños, para quienes ha construido un alargado escenario, a cubierto de cualquier inclemencia del tiempo, como así ha sido, a través del cual se han podido recrear sobre los acontecimientos más importantes que han tenido lugar en les Illes desde la Prehistoria hasta nuestros tiempos, reservando el último de los