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Ayer se cumplió el primer año de la muerte del papa Juan Pablo II y en todo el mundo se celebraron misas en sufragio por el alma del Pontífice. En la Catedral de Palma, fue el obispo de Mallorca, Jesús Murgui, quien presidió la misa celebrada a mediodía de ayer. Asimismo, en todas las iglesias y parroquias de la Diócesis de Mallorca hubo plegarias por el Papa y se recordó su testimonio de fe en los últimos día de vida.

Ha sido precisamente con motivo del primer aniversario de la muerte de Karol Wojtyla, cuando la jerarquía de la Iglesia ha dado a conocer las últimas palabras que pronunció antes de morir. Con voz débil y confusa, en su idioma materno, polaco, el Papa pedía: «Dejadme ir a la casa del Padre», probablemente estas palabras expresan la larga agonía que sufrió en los últimos meses de su vida el primer Papa polaco de la historia y protagonista de uno de los mandatos más extensos y prolíficos de la Iglesia.