Es un taller de cerámica como los de antes, con su particular
encanto y tradición. En es Retall, uno se siente transportado, como
en una máquina del tiempo, hasta los siglos pasados cuando el
oficio de ceramista tenía una gran importancia dentro de la
sociedad. Éste es uno de los principales motivos por el que algunas
personas asisten a los distintos cursos que se imparten allí.
En diferentes turnos, de dos horas semanales, los quince alumnos
que ahora tiene este taller aprenden a realizar sus propias piezas
de cerámica. Algunos de ellos ya llevan años asistiendo a estas
clases y ya se pueden considerar como verdaderos expertos.
Magdalena Roig y su hijo Joan Pere Català son los profesores de
estos talleres y se reparten las clases dependiendo de los
horarios. En las primeras horas, inician a los alumnos en el mundo
de la cerámica enseñándoles a hacer «churros» de barro que
superponen y dan forma para crear distintas piezas.
Posteriormente, se les asesora en las distintas técnicas en las
que se puede trabajar el barro para que ellos mismos las apliquen a
la hora de realizar sus piezas, como ceniceros, jarras, relojes o
cajas. Para finalizar, rascan con una media luna las imperfecciones
y después las pulen con una esponja. Por último, se hornea el
objeto en cuestión. Tras la primera hornada se barniza y se vuelve
a cocer. La pintura se puede aplicar en la primera o en la segunda
hornada, dependiendo del aspecto que quieran conseguir.
Samantha Coquillat
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.